La investigadora a cargo del estudio, Helen N. Jones, mencionó que estos hallazgos en un futuro pueden conducir a sugerir recomendaciones dietéticas para aquéllas madres que están entrando en el embarazo con sobrepeso; "Esperamos que esta investigación, en última instancia, ayudará a reducir el número de bebés que sufren de lesiones al momento del nacimiento, y a reducir el riesgo de convertirse en niños con obesidad más tarde en la vida".
Para llegar a esta conclusión, los investigadores alimentaron un grupo de ratones con una dieta normal y otro grupo con una dieta alta en grasas durante ocho semanas. Al final de este periodo de gestación, las crías fueron pesadas junto con sus placentas. Además se tomaron muestras de sangre proveniente de las madres y se midió la capacidad de la placenta para transportar nutrientes a los fetos.
"No es ningún secreto que las mujeres de talla grande tienden a tener bebés grandes", dijo Gerald Weissmann, Editor en Jefe del FASEB Journal, "pero ahora sabemos que hay más en juego que la genética. La reducción de los alimentos ricos en grasas durante el embarazo podría disminuir la probabilidad de tener un bebé que se convierta en obeso en el futuro".
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de USA, aproximadamente 1/3 de los hombres y mujeres adultos, y un 16% de los niños y los jóvenes en los Estados Unidos son obesos. La obesidad aumenta el riesgo de muchas enfermedades entre ellas la hipertensión, alto contenido de colesterol total, altos niveles de triglicéridos, diabetes tipo 2, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, enfermedad de la vesícula biliar, apnea del sueño y problemas respiratorios, y algunos tipos de cáncer.
Nota ScienceDaily (1Oct-2008).
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